Cuando Patricia Illingworth, a quien todos conocen como “Pato”, partió a estudiar Turismo en Buenos Aires, su idea era aprender todo sobre el manejo de hoteles, pero nunca imaginó que en esa ciudad se enamoraría del café.

Inclusive en ese entonces no tenía idea que años después sería el negocio al que le dedicaría el 100% de su tiempo. Fue algo que ocurrió de repente, mientras se adentraba a lo que considera su verdadera pasión: la cultura montubia de la costa ecuatoriana.

“Cuando los montubios se juntan a tomar café, algo mágico sucede” dice Patricia con los ojos iluminados, mientras habla sobre las conexiones que hay entre el producto que hoy vende, y la cultura montubia de la costa del Ecuador. La Mula Ciega nace de estas ganas muy propias de Patricia de querer acercar a las personas y enamorarlas de esta cultura, a través de los sentidos, en este caso, a través de una buena taza de café.

El nombre de su marca es justamente un homenaje a la novela costumbrista de Oswaldo Castro que plasma el ambiente romántico y envolvente de los montubios. No fue sino después de diez años de haber leído el libro, que produjo la primera funda de café bajo ese nombre, traído directamente desde Zaruma. Hace más o menos dos años dejó su trabajo y se lanzó al abismo con mucha seguridad -porque sabía que le pondría todo de ella para que triunfara- con su marca, abriendo poco a poco mercado para su café. Y hoy ya ve los resultados.

La Mula Ciega es un café artesanal arábigo ecuatoriano. Patricia aclara que no es de especialidad porque la elaboración de su producto la realiza a través de un proceso artesanal. Sin embargo, intenta ser lo más meticulosa posible para que tenga una calidad sobresaliente. Tiene varios procesos de selección de café, y uno de los últimos pasos es un procedimiento que va calificando, grano por grano, su calidad.

De a poco, Patricia va acercando a sus clientes a la cultura montubia. Verdaderamente cuando uno toma una taza de su café, el mundo se detiene, el sabor es tan sútil y con unas leves notas de chocolate. Unos acentos muy claros de café, pero que no rayan en acidez en el paladar. Perfecto para una tarde de parloteo. Además también ofrece los tradicionales filtros de aluminio, que son muy populares para pasar café en la costa. Su comunicación la maneja a través de amorfinos. Es una forma de rescatar la identidad que se puede perder con el tiempo.

Desde este mes, los socios del Bankers pueden disfrutar el delicioso café “La Mula Ciega” (100% ecuatoriano) en su nueva presentación “TO GO”, y llevar su café favorito a su oficina, reunión o donde desee.