Para los enamorados, San Valentín es un pretexto para festejar su amor. Lo hacen a su manera: cenando, escapándose a una noche romántica, con flores y chocolates o con serenatas. La idea, es que sea inolvidable.
La celebración del Día de los Enamorados tiene su origen en el siglo III, en Roma, con el sacerdote Valentín, quien casaba a las parejas a escondidas del Emperador Claudio II, que prohibió el matrimonio porque consideraba que los soldados solteros eran mucho más eficientes para el combate.
En el Bankers, las parejas podrán disfrutar de un menú de degustación, que los hará enamorarse compartiendo los deliciosos sabores y aromas de cada plato. La entrada es un gazpacho de pepino a la hierbabuena y camarones encurtidos. Esta tradicional sopa española, que se sirve fría, será el abrebocas a la experiencia que mima el paladar de los socios. La hierbabuena, una planta sumamente aromática, le da un toque realmente especial al plato.
Luego, viene una filete de corvina sobre salteado de brotes y piñones en jugo de romero. Entre el gazpacho y el segundo plato, pueden disfrutar de un granizado de melón al midori, que dejará al paladar intacto, para pasar de un sabor a otro, sin perderse nada.
El lomo fino en costra de queso de cabra a las finas hierbas, sobre puré de zapallo y emulsión de oporto, es el tercer plato. La mezcla del queso con la carne en el punto ideal, le da al comensal, desde el primer mordisco, una mezcla de sabores que encanta. La cremosidad de la costra de queso con la carne, jugosa y suave, son una combinación que mima al paladar.
Como en toda cena, hay un postre. Este se come de a dos, pues hay placeres que compartidos, se duplican. Es un perfumado duo de chocolate: es un bizcocho con un crujiente de chocolate crujiente negro, con mousse de chocolate blanco vainilla y haba tonka, esta última, es una semilla de árbol con un aroma penetrante, similar quizás a la almendra, que le da al postre un toque diferente.
Durante esta cita de enamorados, la conversación y la compañía serán el complemento ideal, con el fondo de las luces de Guayaquil iluminando el río Guayas, pues una pareja que come junta, permanece junta. La celebración y el vino, serán tan abundantes como los deseen.