Carlos Lasso chatea con sus amigos del Bankers Club a través de su Iphone. Tienen un grupo muy activo en Whatsapp: se mandan bromas, se organizan para ir al Club o simplemente se ponen al día. Carlos es uno de los socios más antiguos y más activos. Su oficina está seis pisos abajo del Bankers, en el mismo edificio. Eso le facilita ir a almorzar allí casi a diario -o pedir que le bajen cualquiera de sus platos preferidos, como la corvina a la plancha con risotto cuatro quesos-.

Con su grupo de amigos del Bankers -entre los que están Pepe Nebot y Andrés Rizzo- suelen organizarse para tomarse un trago, cenar y charlar, sobre todo los jueves. “Esas reuniones son para hablar tonterías, ahí no hay formalidad ni protocolo, el éxito es poder decir tonterías”, cuenta Carlos, con una risa alegre y desenfadada.

Hace más de una década, Carlos festejó allí sus sesenta años. Con amigos, fiesta y orquesta. Hace un poco más, en 2001, también celebró ahí su graduación como ingeniero, después de 31 años de haber egresado de la carrera. “En el Bankers me siento muy cómodo, todos me conocen, es como mi casa”, dice. Por eso, todos sus eventos y reuniones de trabajo o amigos, se hacen en el Club. “Ahí nos conocemos y las conexiones y las amistades facilitan los nexos para hacer negocios”, asegura. Incluso dos de sus cuatro hijos se casaron allí.

Carlos tiene 71 años, pero luce más joven. Dice que es por el ejercicio; va cuatro veces por semana al gimnasio del Bankers. Hace una hora y media de cardio: bicicleta horizontal, caminadora, repeticiones para la columna, abdominales… Eso le da energía para continuar con su día. Recuerda que en una ocasión, no se hidrató bien y sufrió un leve desbaneo, precisamente el día que su esposa, Mercedes, le había acompañado. “Se pegó un susto, porque a mi nunca me pasa nada, hizo traer alerta médica, todo”, recuerda sonriendo.

Este socio del Bankers cuenta que fue miembro del primer directorio, y desde entonces, su participación ha sido activa. Le gusta el Club, los servicios que ofrecen, la calidez del personal y la calidad y variedad de la gastronomía. Es amable, de palabra suelta, de risa fácil. Cuenta sus anécdotas con soltura y se siente cómodo hablando del Club. Carlos Lasso es un socio feliz.